
El lugar se caracteriza por la parrilla, y aunque la polenta a las brasas con vegetales nos llamaba, el calor no acompañó. Gonpa fue fiel al espíritu parrillero y pidió tira de asado con puré de zapallo y papas fritas, mientras que con Belu, la invitada de lujo de la noche, compartimos una milanga La Cholita (milanesa de ternera con queso, cebollas y pimientos asados, con fritas) y quesadillas de lomo con ensalada de rúcula y hongos, acompañado con queso crema con ciboulette y guacamole.
Para beber, Imperial y agua sin gas, porque se habían quedado sin menta y jengibre para la limonada. Para destacar el hecho de que está la opción de pedir un sifón de soda
La comida estuvo bien. Al igual que el pan con manteca que nos trajeron para ir picando, todo se mantuvo simple pero efectivo.
Como era martes, pudimos quedarnos en una sobremesa eterna sin que un solo mozo nos mirara mal. ¿No es eso lo más lindo de salir a comer con amigos? Hablar y tomar y comer. Ah, qué placeres simples, qué ganas de estar ya en la próxima salida.
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