9 de diciembre de 2014

LA CHOLITA

Salió plan de martes porque nos quedamos hasta tarde en el trabajo. Por el día y la zona no tuvimos un gran abanico de posibilidades, así que dejamos que el 59 nos guiara hasta La Cholita.

Había un par de mesas libres así que subimos sin más por una escalera hasta un lugar que no se decidía entre segundo piso y balcón. Tuvimos que esperar un poco hasta que nos trajeran la carta, pero estábamos locos de contento por haberle ganado a la lluvia.

El lugar se caracteriza por la parrilla, y aunque la polenta a las brasas con vegetales nos llamaba, el calor no acompañó. Gonpa fue fiel al espíritu parrillero y pidió tira de asado con puré de zapallo y papas fritas, mientras que con Belu, la invitada de lujo de la noche, compartimos una milanga La Cholita (milanesa de ternera con queso, cebollas y pimientos asados, con fritas) y quesadillas de lomo con ensalada de rúcula y hongos, acompañado con queso crema con ciboulette y guacamole.

Para beber, Imperial y agua sin gas, porque se habían quedado sin menta y jengibre para la limonada. Para destacar el hecho de que está la opción de pedir un sifón de soda

La comida estuvo bien. Al igual que el pan con manteca que nos trajeron para ir picando, todo se mantuvo simple pero efectivo.

Como era martes, pudimos quedarnos en una sobremesa eterna sin que un solo mozo nos mirara mal. ¿No es eso lo más lindo de salir a comer con amigos? Hablar y tomar y comer. Ah, qué placeres simples, qué ganas de estar ya en la próxima salida.

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